viernes, enero 27, 2006

La isla del sol

La isla del sol es un oasis en el medio del lago Titicaca. Las aguas cambian de color en sus costas y, cuando el sol despunta, le da un color caribeño a toda la rivera.
La isla esta poblada por dos, o mejor dicho tres, comunidades. Al sur los Yumanis, al centro los Challas, y al norte los Challapampas. Cada uno tiene su pueblo.
Nos contó el dueño del hostal donde paramos en el sur, Yumani a morir, un poco de la historia de la isla.
Según él, las ruinas que en ella se encuentran (el templo del sol, el laberinto Chincana, la mesa de sacrificio y todas las terrazas de cultivo) son pre-incaicas. Al parecer en la isla solo habitaron 20 familias incas, y es mucha construccion para tan poca gente.
En el sector sur se encuentra un hostal que desentona con el resto.
Nos contaba Edwin que ese hostal es de un gringo que alguna vez fue dueño de toda la isla del Sol. Los abuelos de la gente que hoy la habita eran los esclavos de aquel hombre. Desde esa casa de hacienda, hay muchas , una en cada pueblo de la region, se impartian las ordenes a toda la isla.
El patron era de azotar si a algun campesino se le moria o se le perdia una vaca, una llama o una oveja.
La revolución del 52 le expropio la isla, y el gringo se quedo con una porcion de tierra, donde tenia construida la casa. Desde el 58 funciona alli un hostal exclusivo para turistas europeos. Es dueño de la unica lancha que cruza el Titicaca hacia Puno, Peru. Ningun barco puede cruzar la frontera por el lago.
Las comunidades del lugar van a pedirle a Evo la expropiacion total de todas las tierras. Esa casa-hostal utiliza el agua y otros recursos comunitarios para subsistir, pero no cumple con la cuota mensual para la salud y educacion de la isla como se fijo una vez.

Como una nota de color, nos conto Edwin que hace un par de años el norte y el sur de la isla estuvieron en "guerra" durante dos meses. Los barcos de unos y otros eran atacados a piedrazos en cada esquina de la isla. El sur carecia de queso, por ser el norte el poseedor de tan buscado alimento.
Al intervenir la prensa, el turismo mermo mucho por el conflicto, y asi hicieron las pases, y una tensa calma los hace compartir la sagrada isla del sol, de 7 km de ancho por 10km de largo.
Copacabana, entre la Virgen y las Alasitas

Copacabana, a orillas del Titicaca boliviana, es un pueblo muy devoto. Alli se encuentra, en la suntuosa iglesia, la virgen negra de Copacabana. Al pueblo llegan personas de todo Bolivia y de paises aledaños, para hacer bendecir sus vehiculos (a 10 bolivianitos la oblea de la bendición). Se adornan los autos con flores de muchos colores, se challan (se tira alcohol a las personas, vehiculos y la pachamama)y se sacan fotos instantáneas para inmortalizar el momento religioso. Esto se repite cada día, pero es durante los fines de semanas que acude mas gente y hacen colas de cuadras para bendecir los vehiculos.

El 24 de enero en todo el país se celebra la feria de Alasitas. Estabamos en Copacabana cuando llegó el día festivo. Camino al calvario se montaron los puestos con miles de miniaturas. Durante Alasistas, la gente compra la miniatura de lo que quiere obtener: un autito de coleccion, un billetito de 100 dolares, un restaurante de juguete, una tienda almacen pequeñita, etc, etc. Al año, si todo va bien, se convierte en realidad el sueño de la persona. Lleno de color estaba el predio ferial . Habia comida, heladeros, quema de palo santos en cada rincon (lo que daba un aroma exquisito a todo el lugar. En la paz compre un "cacho" de palo santo y lo llevo en la parte inferior de la mochila. La ropa limpia y hasta la sucia toma el olor increible de esa madera magica). Asi fue que asistimos a las celebraciones tipicas de este pueblo ribereño. Tengo un billetito de 100 dolares en miniatura que encontre tirado por ahi.
No soy ambicioso, pero con viento a favor me lleno de guita el año que viene.
La asunción de Evo Morales: Transmisión de mando

Decidimos, después de una semana en la Isla del Sol, volver a La Paz (cuarta vez que la visité en el viaje) para presenciar la asunción "del Evo".
Llegamos el viernes 20 al anochecer. La Paz estaba sobrepoblada de visitantes. Después de conseguir, con mucha suerte, una pieza a 5 cuadras de la plaza Murillo (centro de la ciudad), salimos a buscar algo para comer caminando la avenida Armentia.
En el puesto callejero de una chola nos paramos a cenar un par de sandwiches de huevo (y van...)...
En plena cena de "dorapa" llegan dos hombres, uno de traje completo, el otro a medio trajear. Luego de algún palabrerío gracioso entre los dos hombres, la chola y nosotros, comenzó la charla política. El hombre de traje era el jefe de protocolo de Evo Morales, y el otro, el tercer hombre del MAS. Se dió una charla tipicamente latinoaméricana. Las diferencias entre los distintos pueblos de América, el boliviano, el argentino, los pueblos originarios y demás.
A la media hora, el jefe de protocolo saca una Land Cruiser del garaje y el hombre del MAS nos invita a La cueva de Magulla, un bar típico que abre los viernes por la noche.
Nos subimos al Jeep, "el que llevo a Evo de campaña por todo Bolivia", según palabras del "Masista" (casi un Marxista, se puede decir). Llegamos al bar y continuo la charla entre cervezas. De otra mesas llegaban Paceñas (cerveza boliviana) invitando al Masista, al jefe de protocolo y a nosotros.
Un gordito bizarro animaba la velada desde el escenario, salido de una pelicula de Almodovar o de Salvador Valverde. Cantaba canciones de Sandro y Los Iracundos, y por ser yo argentino pretendía que se las cante a todo el bar. Me negué rotundamente en cada oportunidad que me ofreció el micrófono para el deleite de la concurrencia.
En fin, la charla siguio hasta las dos de la mañana. El hombre del MAS (apodado Lucifer, se habran dado cuenta que olvide su nombre), es dueño del restaurante El Arriero, donde, segun dice, hay carne Argentina y demas comidas tipicas del norte nuestro. Nos dio el telefono, nos invito para ir a comer durante la semana. Tambien recolectamos el celular del jefe de protocolo, gerente de la cadena de television mas grande de Bolivia.
Nunca los llamamos.
El sabado 21 comenzo el exodo hacia Tiwanaku. A las 11 de la mañana comenzaba el acto indigena de coronacion del Evo, como hijo predilecto de la cultura Tiwanacota. El pasaje aumento a 50 bolivianos ida y vuelta (35 mas que un dia normal). Lo vimos por television desde el hostal. Evo fue coronado, y vestido con un traje tipico y ancestral. Pueblos originarios de América y el mundo le llevaron regalos de sus culturas. Luego el acto, al que concurrieron unas 3000o personas, continuaria en el pueblo de Tihuanaco, al costado de las ruinas, pero Evo y Alvaro, el matemático vicepresidente, nunca llegaron por la multitud. La fiesta siguio entre bailes tipicos, y la merienda de la torta de quinua para 10000 personas que se preparo especialmente para la ocasión.
El domingo le tocaba el turno a La Paz. Los demás presidentes invitados y el mismo Evo Morales llegarian al Congreso Nacional para concurrir al traspaso oficial del mando. La plaza estaba repleta desde temprano. La alegria y la esperanza se hacia notar en cada boliviano. Llegaron de todas las provincias para este día festivo. Por primera vez en la historia de Bolivia (con una poblacion indigena de mas del 60%. Los dos pueblos mas numerosos son el quechua y el aymara, pero existen 33 pueblos originarios en el país) el presidente seria indigena. Evo Morales es Aymara, nacido en el departamento de Oruro, famoso por sus carnavales, al sur de la ciudad de La Paz.
Las calles estaban repletas de banderas bolivianas, wiphalas y paceñas. La fiesta seguiría en la plaza de los héroes, frente a la iglesia de San Francisco. Miles de personas aguardaban al presidente electo y a los grupos musicales convocados para la fiesta. Un mar de gente miraba fijo hacia el escenario, en la calle, en las ventanas y balcones, subidos a las rejas y a los canteros, todo Bolivia y América expetante por el día histórico. Hubo folklore, discursos, Inti Illimani de Chile, Vicente Feliú de Cuba, palabras de Alvaro y de Evo y luego la lluvia torrencial que lleno de pesos a los vende-ponchos y alejo un poco a la multitud del festejo.
Era anochecer de un domingo de verano, y Bolivia tenía nuevo presidente. Algunos se fueron a dormir en paz, otros siguieron la fiesta en las calles.
Veremos como sigue la historia.
Rurrenabaque, en la puerta de la jungla.

Amanece después de casi 18 horas de viaje desde Coroico. Ya estamos en el departamento de Beni, al norte de Bolivia. Las montañas quedaron atrás, el micro avanza por un camino de tierra, rodeado de vegetación selvática. Pasamos la tranca de Rurrenabaque, es de mañana y el calor se empieza a sentir.
Rurrenabaque es un pueblo que se encuentra a orillas del río Beni. Este río divide el departamento del mismo nombre con el de La Paz.
"Es marrón ahora, pero en agosto y septiembre es bien verde.", me dice la señora del hostal Jislene. El río muta, según la estación. "Acá nomás hay playita en esa época".
El hostal da al río. A cinco metros del torrente marrón nos esperan unas veinte hamacas paraguayas. Mate, lectura y vista al río, nada más que pedir.
Con sólo caminar dos cuadras, descubrimos que el transporte preferido es la moto. Cientos de motos dan vuelta por las callecitas empedradas, hacia el río o hacia la sierra.
Los bares y restaurantes tienen un aire tropical. Las palmeras dominan el paisaje, el calor jamás afloja. Se puede tomar leche o agua de coco, bien refrescante, a un boliviano el vaso.
En las agencias de turismo promocionan dos excursiones: La pampa y la jungla.
A las pampas se llega camino al este. Al parecer se pueden divisar muchos animales. Incluye paseos en bote y demás divertimentos.
La otra opción es la jungla.
Cruzando el río Beni hacia el oeste se llega a San Buenaventura, la orilla opuesta a Rurre. Desde allí sale el camino que te interna en el parque nacional Madidi. Un gigante selvático que espera oscuro tras la vegetación. Las excursiones, dolarizadas, duran desde un día hasta dos semanas en la selva. El objetivo es divisar la imponente anaconda. Gente que pasó la noche en la selva nos aseguró que es increible.
Lejos de los dólares decidimos ir hasta Tumupasa, el pueblo que está en la puerta del parque nacional. El camino se abre en la jungla, algunos claros dejan ver comunidades que conviven palmo a palmo con la vegetación.
En Tumupasa nos esperaba una lluvia torrencial. Amainó el agua y salimos a recorrerlo. El calor es mayor que en Rurre, estamos al noroeste, varios kilómetros de distancia.
Al atardecer, y de casualidad, agarramos una camioneta que volvia a San Buena. Me tocó en suerte viajar en el techo de la 4x4. Atardecer, cielo celeste, selva, camino de tierra, hora y media de espléndido paisaje norteño.
De Rurre se vuelve llenos de ronchas de mosquitos y otros insectos, pero vale la pena el duro viaje de casi un día para llegar hasta allí.

viernes, enero 13, 2006

La Paz (o la vida en El Carretero)

Segundos después de transitar la frenética avenida Juan Pablo II de El Alto, irrumpe, por las ventanillas de la izquierda del micro,la ciudad de La Paz. Esa olla gigante donde se cocina la vida de dos millones de personas. Una olla gigantesca, un mundo de ladrillos huecos en construcción, laderas superpobladas de casas a medio hacer.
El espiral en descenso permite contemplar de lleno la metropoli boliviana. Se nota el ir y venir constante de taxis, camionetas-colectivo y micros de larga distancia.
Asi vive La Paz, de día se pinta de color ladrillo, de noche se puebla de millones de luces, blancas y amarillas que forman una postal preciosa.
Esta ciudad es un mundo donde todo esta por pasar. En bajada o en subida,cada esquina parece ser un centro de accidentes.Pero nunca pasa nada. Se rozan peatones, vehiculos y ochavas, y todos conviven de la mejor manera.
Conviven como lo hacen los viajeros en el hostal-laberinto El Carretero. Un mundo, otro, de cuarenta y tantas habitaciones, cientos de escaleras, baños y rincones. Un patio que alberga historias, miradas, mateadas y recomendaciones.
Del resto de la ciudad, que decir?
La plaza Murillo, en la zona central, con el congreso, la catedral y la presidencia, haciendole sombra. Millares de palomas que bailotean al ritmo de los pasos. Los limpiabotas, la policia nacional, los jubilados, las cholas, Murillo hecho estatua, con la declaracion de la independencia a sus pies, que incluye las tres o cuatro faltas de ortografia de esa epoca. Fallas de origen, que le dicen.
La zona sur, lo mas parecido a un San Isidro. El mercado de brujos, donde se consigue el aroma del palo santo, animales petrificados, y todo el merchandising tipico de carteras, camperas e instrumentos musicales.
El Alto...un mundo aparte.
Estos dias nevo alli arriba, mientras en el centro de La Paz solo llego una llovizna. La Paz y El Alto son tan diferentes como un copo de nieve y una gota.

Martin. 26 al 30 de diciembre de 2005.