jueves, diciembre 22, 2005

Tarija: Al este de Bolivia

La aventura en Bolivia comenzó en el micro. Desde Villazón sale el Expreso Tarija, todos los días a las ocho y media de la noche. El viaje es de noche, de oeste a este, en descenso. El camino de cornisa impresiona. El micro iba cargado de gente y bolsas. El camino esta en un estado aceptable, pero imaginense un micro de larga distancia, del tamaño similar a los de piso y medio, atravesando la montaña por una cornisa.
El primer problema se presento a la hora de salir. Una curva cerrada, en U, el micro tocaba la tierra y habia que bajarse. Despues de varias maniobras y en un vaiven constante que daba miedo, pudo dar vuelta a la U y subimos nuevamente.
El paisaje, por lo poco que se veia, era cada vez mas verde. Un río corria a la izquierda. Cada tanto atravesamos poblados oscuros, sin ninguna luz prendida. Los faros del micro iluminaban las casas a medianoche, de puertas y ventanas oscuras, parecián cráneos vacios.
Pasamos por dos o tres sustos más, el micro tambaleando a centimetros del precipicio. He transitado caminos de cornisa, pero nunca nada igual. Hasta llegamos a agarrarnos del asiento de adelante por si las moscas.

Tarija es la ciudad de las 4x4. Casi no se ven banderas del MAS, el partido de Evo Morales. Mucha gente lleva remeras rojas con estrellas blancas que dicen: Tuto Presidente. Hay chicas muy bonitas, de tez trigueña, autos importados, cierto colorido, muchas lineas de colectivo (o trufis como les dicen). La ciudad esta rodeada de montañas verdes. Hacia el este está el Gran Chaco, hacia el sur la frontera Argentina, donde nace el Bermejo, y hacia el norte el departamento de Sucre.

Llegamos a la plaza central, decorada especialmente para navidad, y entramos a la oficina de turismo. La buena señora nos decia, entre otras cosas, que no vayamos al barrio Campesinos (hacia el norte de la ciudad) , que peligroso porque esta lleno de collas del norte, que vienen sin plata y te pueden robar. En fin, la historia de siempre, el racismo entre el este rico y el oeste pobre.

El transito es exagerado. Una hilera infinita de 4x4 inunda las calles. Chicos y chicas de no mas de 20 años estan al volante de la mayoria de las camionetas.
Para comer, el mercado central. Un galpon inmenso a dos cuadras de la plaza principal. Hay un sector panaderia, lleno de tortas preparadas y decoradas a gusto. Sector carniceria, fruteria, verduleria, bares de paso y negocios que ofrecen licuados de platanos, frutillas, papayas y zanahorias.

Hay locales de todo tipo en Tarija, pero abundan, en numero increible, las clinicas dentales (una por cuadra, al menos) y las farmacias (dos o tres en cada cuadra). Hay calles que se impregnan de olor a remedio o a dentista.

Una buena idea es recorrer la ciudad en un bus. Fuimos en uno hacia Tomatitas , a cinco kilometros del centro. Pasamos por el temido barrio Campesino, desde donde se ofrece una panoramica del resto de la ciudad. Es un barrio repleto de gente, en veredas y calles, negocios de todo tipo, coches, bicis, motos. Mas parecido al oeste del pais.
Si se tiene suerte, como nosotros en la vuelta al centro, te toca un colectivo con TV. Vimos un capitulo de las chicas superpoderosas, a bordo de la linea B.

La noche del miercoles salimos a recorrer la ciudad. Terminamos en la Plaza Sucre, en pleno centro. Chicos y chicas de todas las edades, vestidos para salir, se reunen en una esquina de la plaza: "adonde van despues?", le preguntamos a un artesano. "Se quedan aca, en la esquina.". Al parecer es ritual de todas las noches, dan vueltas a la plaza, estacionan las suntuosas camionetas y ponen musica a todo volumen (se oyeron los ladrones sueltos!).

Algo a favor para nosotros: los bares te dan agua para mate gratis!!

Nada mas por ahora.

Ya partimos rumbo a Potosi.

Martin. 20 al 22 de diciembre de 2005.

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