domingo, diciembre 11, 2005

Una visita a Maimará

Maimará es un pueblo que se encuentra en la quebrada, unos pocos kilómetros al sur de Tilcara. En su geografía se destaca la "Paleta de los pintores", así le dicen a unas manchas de colores pastel en los cerros que circundan al pueblo. No es un sitio muy visitado por turistas, por lo que es interesante de recorrer.
Las principales festividades son, como en todo Jujuy, el carnaval y el festival del choclo.
El objetivo principal de mi visita a Maimará, era conocer la casa que habitó sus últimos años de vida Rodolfo Kusch. Este filósofo americanista nació en Bs As en 1922, y murió en la misma ciudad en 1979. En gran parte de su obra, Kusch trata de descubrir el pensar de América, muy diferente al pensamiento occidental, a la filosofía Hegeliana y a todo el pensar europeo. Por eso Kusch dice que hay que crear esa filosofia nuestra, y así encuentra cosas en común entre el indio que va a una chicheria en Bolivia, y el porteño de traje que mira pasar la vida a traves de la ventana de un bar de Buenos Aires.
Así llegué a la casa que ahora habita Elizabeth Lanata de Kusch, esposa del filósofo. Pregunté a varias persona por la ubicación de la casa de la Dra Lanata. Un par no la conocián ni a ella ni a Kusch, pero la suerte me depositó en la puerta de madera. Toqué el timbre, en pleno mediodía de domingo, y la puerta se abrió.
Dentro de la casa le conté a Elizabeth el porqué de mi visita. El dia anterior, y así son las casualidades, conocí a un Lic. en Filosofia (que además da clase en Santos Lugares) que realizó su tesis precisamente sobre Kusch. Le comenté de mis ganas de visitar aquella casa de Maimará y me dijo: "Decile a Elizabeth que conociste a César".
Hablamos, con Elizabeth, un poco de su marido. Me hizo pasar a la habitación donde Kusch escribía. Está un escalón más abajo que la sala de entrada. Hay miles de libros de todas las épocas, cintas con grabaciones que usaba para sus escritos, decorados indígenas, un escritorio y una pequeña ventana que, según palabras de Elizabeth, de vez en cuando abría.
Yo algo asombrado por estar en ese lugar, del que mi profesora de Antropología del CBC me había hablado, pero que todavía no pudo conocer, no quise molestar más y emprendía la retirada hacia las calles de Maimará. Y en la despedida se dió una charla interesante.
Elizabeth es miembro de la comisión de los pueblos que siguen de cerca las obras que se realizan en la quebrada, desde que es patrimonio de la humanidad. "Todavía no conocemos los pros, pero si los contras", me dijo. En esa comisión hay representantes de nueve pueblos quebradeños: Tumbaya, Purmamarca, Volcán, Tilcara, Humahuaca, Huacalera, Iturbe, Tres Cruces y creo que Uquía. El problema es que el gobierno de Fellner decidió por si solo, a través de visitas de "técnicos expertos" que es lo necesario para que este sitio tenga un "desarrollo sustentable". Las cosas no se están haciendo bien, no se le pregunta a la gente del lugar, que carga con diez mil años de historia y cultura, que es lo que necesita. ¿Quieren realmente ese desarrollo sustentable?
Al fantasma de la lucha por la tierra, de los desalojos que sucedieron en Tilcara (gringos que llegan desde San Salvador con los títulos de propiedad en la mano), se suma el fantasma de Monsanto, una de las empresas más grandes que se instaló en la quebrada. Monsanto tienen la exclusividad de la venta de semillas para la papa. Me contaba Elizabeth que existen infinitas variedades de papa andina, y los pequeños agricultores no pueden comerciar, no entran en el mercado, si no pasan por Monsanto. Algo parecido están tratando de hacer con el maíz. En las reuniones que se hicieron para chequear ese plan de desarrollo, no hubo prensa. Es importante que estas cosas se difundan. los diarios jujeños no publican este tipo de cosas. Gente de la UNESCO vino hace unos días a la quebrada para ver como venía la mano. Conocieron a fondo a la gente de la quebrada, estuvieron media hora, a lo sumo una hora, en cada pueblo. Así es imposible.
Otra cosa que apena es la construcción de gran cantidad de hoteles, hosterias y hostales, hasta incluso con piletas de natación, dignas de un tiempo compartido del club Med. Esta aculturación forzosa golpea en todos los rincones jujeños.

Al irme de la casa de Elizabeth me entregó una tarjeta con una frase de su marido. Al dorso anotó su dirección postal y su correo electrónico. "Para que me vayas contando de tu viaje". Un placer. Me fui de la casa con el objetivo más que cumplido y con una persona increíble que espera saber sobre mi viaje por América.


Esperando el colectivo para volver a Humahuaca conocí a Bernardino, un hombre mayor, bien simpático. Hablamos un rato largo y me contó de lo que pasa con la música. "En Colombia no escuchan Chacareras, pero aquí se escuchan cumbias.". Estaba apenado por el silencio que atraviesa el folklore local. Los jóvenes escuchan cumbia. "Allá en Colombia, en el único lugar que oyen música nuestra es en Medellín, por la muerte de Gardel.".
La charla siguió, me dió consejos para la alta presión: hay que comer ajo todos los días, y así "te limpias todo".
Hablando de aculturación, me contó, indignado, de los nuevos nombres que se suelen poner en Maimará. Elsi, Yanina, Jonathan. ¿De dónde salieron?, se pregunta Bernardino, llamado así por nacer el 20 de febrero, día de San Bernardo. "Mi hermana nació el 20 de agosto y se llama Bernardina".
Llegando al final, porque se acercaba mi colectivo, me dijo que sus hijos ya tenián sus familias y vivián en la capital provincial. "Yo me vine para acá, no es cuestión de molestar y de malcriar a los nietos, ¿no?".

Martín. 11 de Diciembre de 2005.


2 comentarios:

  1. Estimado amigo Martín, me dio gusto leer su nota. Le envío el link de Ediciones Runa donde encontrará la experiencia del Ayni Ruway cuyo espacio, en su momento, fue visitado por Rodolfo Kusch y Osvaldo Maidana... Un abrazo americano...
    Pablo Rojas
    www.geocities.com/edicionesruna

    ResponderBorrar
  2. El problema indígena es algo que no puedo entender cómo no está resuelto. A esta altura, con el grado de civilización que tenemos todavía no se puede llegar a un acuerdo y esta gente no tiene lo que necesita. Entiendo completamnete tu punto de vista. Yo cuando viajé a Jujuy, la pasé bárbaro, y me quedé en el hotel huacalera tilcara que por suerte me dio la posibilidad de hablas con gente de los pueblos originarios y pude entender su posición!
    Saludos
    Meli

    ResponderBorrar